Desde hace más de 200 años se lleva a cabo en Mineral del Chico, Hgo., la famosa «Lluvia de Pétalos», una tradicional celebración católica con la cual se dan por terminadas las festividades de Semana Santa durante el Domingo de Resurrección.
Es así que año con año se lleva a cabo este festejo, al interior de la Parroquia de la Purísima Concepción, durante la Misa de Gloria. Como ya es costumbre, minutos después de iniciada la misa de gloria, son lanzados desde lo alto de la capilla millones de pétalos de rosa de diversos colores, provenientes de los invernaderos de la región, simulando literalmente una lluvia multicolor y aromática, al mismo tiempo que se hacen sonar las campanas de la iglesia, anunciando con ello la resurrección de Cristo. Como en años anteriores, la gente no pierde la oportunidad de recoger -ya sea con el sombrero, el paraguas, alguna caja o con las manos- algunos de los pétalos arrojados para llevárselos a casa. Esta llamativa y colorida celebración, reúne a más de 10 mil personas que acuden año con año para ser testigos de esta fastuosa manera de festejar la culminación de la Semana Mayor. El origen de esta celebración, según comenta Armando Monzalvo Pérez, integrante del Comité Organizador de la Iglesia, surgió hace muchos años cuando un padre minero cuyo hijo estaba a punto de morir, prometió mediante una plegaria a Jesús, inundar su iglesia cada año con pétalos de rosas si su hijo se salvaba. En la actualidad, se reúne cerca de una tonelada de pétalos de rosa para continuar con esta tradición; la mayoría de las rosas son donadas por floricultores de las comunidades de Capula, El Puente, Carboneras y Estanzuela, así como un porcentaje donado por el Presidente Municipal.
La peculiar tradición se ha convertido en una gran atracción para el turismo nacional e internacional, el cual contribuye a generar ingresos para el beneficio del municipio, durante los 4 principales días en que se visita Mineral del Chico durante estas fechas. Tal ha sido el incremento de visitantes, que en los años recientes se ha tenido que efectuar en dos días la «Lluvia de Pétalos» -sábado y domingo- para que un mayor número de personas puedan disfrutar de este evento único de Mineral del Chico; también se ha tenido que extender al exterior de la parroquia la «Lluvia de Pétalos», debido a la cantidad de gente que se reúne en la plaza principal y que no tiene cabida en el templo.
Al concluir la misa de gloria, las festividades continúan, pues se da paso a una verbena popular en donde participa gente del mismo municipio ataviada a manera de «Judas» o disfrazados con atuendos muy originales y adecuados al festejo. De este modo se inicia un desfile popular donde estos singulares personajes recorren la calle principal del Pueblo Mágico acompañados de música de banda, agua, espuma y alcohol, elementos carnavalescos que han vuelto a este desfile una importante atracción popular para los visitantes, para quienes resulta una total diversión.
Posterior al desfile, se efectúa la acostumbrada quema de judas a un costado de la iglesia, iniciando como siempre con el «Judas humano» disfrazado de diablo, que es colgado de un árbol portando los característicos fuegos pirotécnicos, seguido de varios «Judas» elaborados con cartón, cargados de regalos y pirotecnia también.
El Presidente Municipal, Fernando Baltazar Monzalvo, comenta que la inversión hecha en en años anteriores para todos los festejos, ha sido aproximadamente de 200 mil pesos; inversión que al final de la fiesta deja una derrama económica muy importante y favorable para el municipio, que se vio reflejada en una ocupación hotelera y restaurantera del 100%.
Si bien las festividades de Semana Santa son las más importantes para Mineral del Chico, también es cierto que la afluencia de tantos visitantes resulta perjudicial para el municipio y su Parque Nacional, pues el resultado se ve reflejado en toneladas de basura dejadas por el turismo, incendios forestales, depredación y deterioro en el bosque y el entorno natural, por lo cual será muy importante que las autoridades competentes puedan lograr un perfecto equilibrio que logre controlar esta problemática, mediante la adecuada vigilancia del parque, campañas de prevención contra incendios, una adecuada educación ecológica al turismo y el posterior saneamiento y limpieza del Parque Nacional y el Pueblo Mágico, pues año con año el riesgo y deterioro va en aumento.
Fotografías: Daniel Aguilar Bazán