Comunidad de «El Puente», inicios de los años sesentas
En aquellos años la situación económica de los habitantes del municipio era muy difícil, principalmente en las comunidades y rancherías más lejanas, donde la vida se complicaba por la falta de trabajo, educación y servicios básicos. Dichas carencias obligaban a las personas a vivir en condiciones precarias, subsistiendo en la mayoría de los casos, de la siembra en el campo y de los alimentos que el rico ecosistema boscoso provee de forma natural. Las fuentes de trabajo eran escasas; recordemos que por aquellos años la minería estaba en decadencia, y mucha gente que en otros tiempos tenía su sustento en esta actividad, tuvo que buscar nuevas alternativas de empleo, migrando a la capital del estado y del país en busca de una mejor oportunidad. Los jóvenes que vivían más alejados de la cabecera municipal, sólo tenían oportunidad de cursar la primaria; sin embargo, la falta de escuelas y equipamiento en ellas, así como de profesores más capacitados, propiciaba la deserción de los escasos alumnos, mismos que optaban por migrar a otros lugares o se veían obligados a cambiar el estudio por trabajos mal remunerados, entre ellos la decadente minería y los relacionados a la construcción.
Hoy en día, la situación no ha cambiado mucho; aún se presentan estos mismos rezagos en gran parte de la población marginada de Mineral del Chico, sobre todo en la gente de los asentamientos más retirados, donde los beneficios del turismo y la «modernidad» aún no son perceptibles para ellos; posiblemente, sólo el sector más cercano a la cabecera municipal se ha beneficiado del reciente auge turístico del lugar, en el cual han encontrado un medio para ganarse la vida, al ofrecer diversos servicios al turista. En el otro extremo, sólo pocas personas han salido adelante, algunas de ellas gracias a esos migrantes que alcanzaron un mejor futuro.
En las imágenes observamos algunas de las viviendas de la comunidad de El Puente, sus condiciones de vida respecto a su entorno y uno de sus modos de subsistencia: la siembra.
Créditos de imágenes: Rafael Aguilar Mejía
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